Generalidades sobre los tranvías
Las ruedas
Las ruedas de los coches son de fundición,
a excepción de las llantas que en general es postiza y construida en acero.
Las ruedas de un mismo coche o de un mismo
bogie debían tener el mismo diámetro, no pudiendo tolerarse en ellos
diferencias superiores a 1 milímetro si que quería evitar que las ruedas de
menor diámetro pasaran deslizándose por el carril y producir un considerable
desgaste en los mismos.
el diámetro de las ruedas, sin llanta,
variaba según los coches; en los tranvías se empleaban ruedas de 735 mm. El
grueso de la llanta era de 55 mm y debía reemplazarse al quedar reducida a
25 mm.
Una llanta desgastada se retiraba de la
rueda sometiéndola a una fuerte presión por medio de una prensa hidráulica
de gran potencia. A la nueva llanta se le daba un diámetro interior algo
menor que el de la rueda que había de cubrir, y se ajustaba calentándola
hasta producirle la dilatación necesaria para rebasar el diámetro de la
rueda, conseguido lo cual se confrontaban rueda y llanta, enfriando a ésta
rápidamente para que se templara aprisionando a la rueda por contracción.
El calentamiento de las llantas podía
efectuarse por fuego directo, por llama de gas, y por corriente eléctrica.
El procedimiento primitivo consistía en
rodear las llantas con carbón o leña en combustión y sostener el fuego hasta
obtener la dilatación necesaria. Este procedimiento resultaba muy largo y
poco limpio, además que el calor comunicado a la llanta era muy irregular.
Para aplicar el procedimiento por llama de
gas, se disponía la llanta entre dos anillos tubulares con mecheros
dirigidos a las caras interior y exterior de la llanta; por ellos se hacía
salir una mezcla de gas y aire comprimido cuya combustión producía la
elevación de la temperatura necesaria para dilatar la llanta. Sin embargo,
éste método, preferible al anterior, tenía el inconveniente de que el
aparato sólo podía servir para el diámetro que se había preparado; a parte
de que hacía falta disponer de una fábrica de gas y de los depósitos
necesarios para el aire comprimido.
El método más práctico y económico
consistía en hacer circular por la llanta una fuerte corriente eléctrica
cuyo efecto Joule fuera capaz de calentarla hasta conseguir la dilatación
que se perseguía.
En el siguiente dibujo, se puede observar
una aparato construido expresamente en los talleres Oerlikon, para el
calentamiento de llantas.
Motores de
tracción de tranvías
En los tranvías, que empleaban corriente continua
utilizaban motores de 500 a 600 voltios con potencias de 20 a 50 HP.
La velocidad de esos motores debía
ser la menor posible para evitar complicadas transmisiones de gran reducción, y
el par arranque convenía que fuera muy elevado para asegurar el arranque a la
marcha de los coches, condición que reunían los motores de excitación de serie
empleados.
El armazón de esos motores era siempre de acero fundido,
que con su gran permeabilidad magnética, permitían reducir notablemente el peso
del motor. El armazón era de forma acorazada, para proteger los órganos
eléctricos del motor y estaba dividida en dos partes por un plano horizontal
que coincide con el eje.
Sus dos mitades ajustan por un lado
mediante dos charnelas y por el otro lado con fuertes pernos.
La unión de las dos medias armazones
era muy perfecta, a fin de que resultara un buen circuito magnético y para que
los devanados y el colector quedaran protegidos contra el polvo y la humedad.
En su parte superior, el armazón
tenía una abertura cerrada por la tapa, que servía para la inspección de
escobillas y colector.
El eje del motor estaba provisto de
un piñón que comunicaba su movimiento a una rueda dentada enchavetada al eje
del coche. La separación de las ruedas la determinaba los cojinetes que
abrazaban el eje del coche paralelamente al del motor.
La suspensión del armazón podía ser,
por su mitad inferior o por su mitad superior.
En el primer sistema, la inspección
del motor se efectuaba después de levantar las tablas del pavimento del coche,
mientras que en el segundo sistema se podía revisar el motor llevando el coche
sobre un foso.
El estator era tetrapolar, es decir
con polos salientes formados de planchas de palastro aisladas y unidas a la
armazón por dos pernos.
Los carretes inductores eran de hilo
de cobre de alta conductibilidad aislado con dos capas de algodón trenzado e
impregnados de barniz aislador. Se devanaban en rodete de metal
previamente aislado y su aislamiento se probaba con 1.500 voltios de corriente
alterna.
Los carretes acababan en terminales
provistas de tornillos para el empalme de los cables de conexión, los cuales
debían desconectarse siempre antes de abrir la armadura.
Los porta escobillas iban montados a
los platos laterales de la armadura en vez de estar sostenidos por un collar
como en los motores ordinarios.
Las escobillas eran de carbón de alta
resistividad y el porta escobillas estaba shuntado por un cable de cobre en
comunicación con la cabeza metálica del carbón.
El rotor era del tipo de tambor de
grandes ranuras formado por planchas de palastro montadas sobre el eje con
crucetas de fundición y formando uno o varios canales de ventilación.
Los carretes activos estaban aislados
entre sí y de las ranuras con tubo de papel mica probado a 1.500 voltios en
caliente. El conjunto de los carretes se sujetaba por varias cinchas de hilo
mélchor.
El colector de mucho diámetro estaba
formado por delgas de cobre de gran conductividad separadas por hojas de mica
recortadas dos o tres milímetros por debajo de la superficie de contacto para
mejorar la conmutación.
Los coches
Los coches del tranvía
constaban de dos partes independientes que eran: el carro y la caja.
Denominase caja a la parte superior donde se alojaban los pasajeros, y el
carro es la parte inferior que servía de sostén a los ejes, motores, frenos y
demás accesorios. El carro estaba formado por un bastidor de viguetas en doble
"T", longitudinales y transversales que llevaban las cajas de engrase o
cojinetes para los ejes del coche
Los coches automotores y
remolques cuyo peso no llegaba a 20 toneladas, tenían sólo dos ejes, los
cuales no podían estar separados más allá de 1,80 m si se quería que los
coches circularan bien por las curvas de poco radio. Esta proximidad impuesta
a los ejes, hacía que la longitud de los coches no pudiera exceder de 7 metros
si no se quería un balanceo exagerado cuando el coche se encontraba lleno de
pasajeros. Con el empleo de los
bogies, la longitud de los coches podía alcanzar hasta 12 metros o más,
aumentando así la capacidad de los mismos.
Cuando el peso del coche era
superior a 20 toneladas, los bogies se formaban en tandem de dos o más ejes,
separados entre sí por una distancia siempre menor que un metro. Cada eje
podía tener un motor individual, para que la potencia quedara repartida entre
todos; o bien se colocaba un solo motor en cada bogie para actuar sobre uno
solo de sus ejes, quedando los otros solamente para repartirse la carga del
coche.
Las cajas de engrase estaban
sostenidas por fuertes resortes arqueados, los cuales amortiguaban las
vibraciones de los ejes impidiendo que éstas se transmitieran al bastidor y,
por él, al resto del coche.
La caja del coche, era
de madera con ventanas laterales, e iba montada sobre vigueta de hierro que se
apoyaba en el bastidor del carro.
En algunos casos, en el
interior de las cajas, se montaban dos bancos longitudinales con los respaldos
en las paredes y que servían de asiento para el pasaje, en otros casos, los
asientos se colocaban transversalmente, dejando un pasillo central para el
movimiento de pasajeros. Los asientos transversales tenían el respaldo fijo o
movible, para poder orientarlo a uno u otro lado, éste último sistema era el
preferido ya que permitía sentarse siempre de cara al movimiento.
Las ventanas laterales
estaban cerradas, disponiendo de cristales deslizantes entre unos bastidores,
disponían además de una cortinilla de tela a modo de parasol
Para el servicio de verano,
se construyeron cajas abiertas en forma de jardinera, con asientos
transversales y salida lateral. estas cajas podían ir montadas sobre los
mismos carros de los coches de invierno.
En los coches cerrados, la
salida se realizaba por la puerta corredera situada en cada extremo del
pasillo. La bajada y subida del coche se efectuaba por las plataformas de los
extremos que estaban provistas de peldaños laterales a cada lado de la vía.
Las plataformas de los
tranvías eran casi siempre abiertas, y las utilizaba el personal encargado del
coche y parte del pasaje cuando había aglomeraciones o cuando había fumadores
empedernidos
La capacidad de los coches
del tranvía solía variar entre 20 y 32 asientos en el interior, quedando sitio
para quince pasajeros sin asiento en las dos plataformas.
Para aumentar el número de
plazas en los coches de tranvías sin aumentar la longitud de los mismos,
algunas Compañías colocaban en la cubierta del coche asientos transversales
protegidos por barandillas laterales, esta disposición se conocía con el
nombre de imperiales, y la subida a los mismos se efectuaba por una
escalera de caracol colocada en cada plataforma.
los coches con imperial, solo
podían adoptarse en países templados ya que el pasaje de cubierta marcha sin
resguardo alguno. El único ejemplo de tranvía con imperial en Mallorca es el del primer coche utilizado en el tranvía de Alaró.
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